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Gastronomía – Mafalda en Ecuador


Hace un tiempo publiqué en FaceBook una reseña sobre Los Choris, una cadena de restaurantes Argentinos de Quito,
cuyas hamburguesas eran bárbaras, como se dice en Argentina para decir muy buenas; allí decía que su decoración era
muy original, por haber
imágenes de Buenos Aires y fotos de Evita, Gardel, Maradona y Messi, aparte diversos afiches
con estampas del clan completo de Mafalda.

Hay en la ciudad otra cadena, llamada Panaderías Argentinas, donde el atractivo no pasa de alguna decoración albi.celeste
en la fachada y contados detalles en el menú, como Empanadas, Media.lunas y Alfajores, que apenas intentan recordar
los sabores Rio.platenses, sin mayor aproximación.

Ahora me refiero a un local, no perteneciente a ninguna cadena, identificado con un anuncio que dice sólo La Argentina
y una estatua de Mafalda en un banco de plaza, evocando la emblemática escena del barrio Santelmo de la capital Sureña!


Sus Empanadas, Pizzas y Provoletas son ciertamente exquisitas y sacian las ganas de sentirse por allá en Puerto Madero
o cualquier otro sector emblemático de Buenos Aires, con el detalle de que las carnes de res y pollo de las Empanadas
no son molidas, sino picadas a cuchillo, según la receta original. Como complemento venden buenos Vinos Argentinos,
como Trapiche, Los Alamos y Las Moras, por copas, mantenidos en vinera a la temperatura que les corresponde y también
buenos A
lfajores y ricos Cafés. El ambiente está marcado por el sonido de Música Argentina y fotografías de El Obelisco,
El Puente de La Mujer y Cerveza Quilmes, además de celebridades como Julio Cortázar, Ernesto Sábato, JorgeLuís Borges
y Gabriela Sabatini, Gustavo Cerati y Facundo Cabral, con mobiliario de madera oscurecida y pulida, que recuerda al célebre
Café Tortoni y su gran competidor, Café de Los Angelitos.
Y aunque el tema de este escrito debe ser el gastronómico, al hablar de Mafalda hay que reseñar que recientemente hubo en Quito
una exposición titulada El Mundo según Mafalda, en la cual se presentó
la obra magistral de Quino Lavado, recreando su discurso,
cargado de ingenio, ideología y reflexión.


La acogida fue tan exitosa que su duración se duplicó de 2 a 4 semanas y fue valioso recordar las lecciones de vida que Quino
nos dejó a sus lectores, como pasó con estas 2 geniales propuestas: