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Turismo - Cuenca en 2 Días y Medio



Cuando uno vive en Quito y piensa en conocer (Santa Ana de Los Ríos de -) Cuenca, a la mente vienen referencias de un viaje por tierra
de unas 6 u 8 horas, dependiendo de las paradas, o uno por avión de 45 minutos. En ambos casos, es posible observar los volcanes
que le dan el nombre a las provincias que hay que atravesar o sobre.volar, como Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo, aunque eso se puede
quedar en la intención, pues con frecuencia las nubes no dejan mirar más que una partecita de alguna de esas cumbres.
Sobre la ciudad en sí, llamada ‘La Atenas de Ecuador’ por su relevancia cultural en el país, la referencia es de una ciudad bonita,
apacible
y fresca, donde se come bien, cuando en realidad decir eso nada más es una verdad corta. En los 2 días y medio que pasamos por allá,
conocimos una ciudad hermosa, limpia, organizada, tranquila, con poco tráfico, de clima primaveral, con muchos parques, amplias avenidas
y paseos bordeando sus ríos, todos arbolados y bien mantenidos, además de acogedoras opciones para ir de paseo sin salir de Azuay,
la provincia cuya capital es Cuenca. Y en cuanto a la comida… ya verán más adelante!
Al oír la palabra ‘cuenca’, uno piensa en algo como el territorio que rodea un río; en este caso, esta ciudad bien podría llamarse Cuencas,
con un plural bien sonoro, porque, tiene más de 1 río, y no 2, como la población Española del mismo nombre, sino 4!
Lo primero que todos dicen que se debe conocer es el Parque Calderón y sus catedrales, la vieja y la nueva, en el Centro Histórico
de la ciudad. Pasamos por ahí y no nos detuvimos por no encontrar donde parquear. Todo ese sector fue declarado Patrimonio Mundial
unos 20 años después de la designación del Centro Histórico de Quito con la misma distinción y eso no dejó felices a los Cuencanos,
quienes opinan que el de ellos es superior en significación y conservación. Dimos varias vueltas por la zona, suficientes para apreciar
un poco ciertos detalles, y al final decidimos pasear por el resto de la ciudad, hasta llegar al Mirador de Turi. Allí nos deleitamos
con unas ricas cervezas artesanales producidas en la zona y nos dimos tiempo para observar la ciudad en casi toda su extensión.

Si bien quienes van a Quito y Guayaquil notan presencia del idioma Inglés, en Cuenca pueden apreciarlo en mayor grado, por ser
destino de EstadoUnidenses jubilados y por el auge turístico de la zona. Esto se observa en publicaciones, propagandas, anuncios, tours
y señales en muchos sitios, así como la cantidad de institutos educacionales donde se puede estudiar Inglés con distintos propósitos.
Como curiosidad, el código IATA de Cuenca es CUE, que en Inglés suena como queue, que significa fila o cola para accesos o trámites;
eso me hizo pensar en un posible lema turístico como “CUEnca… no ‘queues’ at all”!
Estuvimos en la fábrica de sombreros Serrano Hats e hicimos un tour por sus instalaciones. Al final compramos un par de sombreros
y supimos que buena parte de su producción va al exterior; se les refiere como Panama Hats porque eran los que usaban los trabajadores
de la construcción del Canal de Panamá y, en una visita del Presidente Roosevelt de Estados Unidos a la obra, él uso uno y las fotos
recorrieron el mundo, mal.entendiéndose que su sombrero era Panameño!

Hicimos un par de paseos muy bonitos fuera de la ciudad. El primero fue a Gualaceo, un pueblo ubicado hacia el Oriente, a veces
referido como “Jardín de Azuay”, donde me impresionó la altura de los chaguaramos plantados en el Parque 10 de Agosto, los cuales
me recordaron los del Hospital Universitario de Caracas, que casi alcanzaban el total de 7 pisos del edificio. Un estimado visual a partir
de las casas cercanas hace pensar que estos árboles llegan a más de 40 metros de altura!

Otro paseo de relevancia fue el que hicimos hacia el Parque Nacional El Cajas (así escrito, con esas discordancias de género y número!).
Salimos de Cuenca en dirección Nor-Occidente, en la ruta hacia Guayaquil, subiendo desde los 2.500 metros de la ciudad sobre el nivel
del mar hasta casi 4000, en una zona de lagunas de origen glaciar que conformaban un paisaje en verdad extra.ordinario. Luego volvimos
hasta 3.500, donde se encuentra la Hostería 2 Chorreras, y allí pasamos un rato muy agradable que incluyó un memorable almuerzo buffet,
compuesto por numerosos platos nacionales con toques de cocina internacional, en los que la trucha y las legumbres eran las vedettes!
La temperatura exterior estaba cerca de 10°C, el ambiente de montaña era formidable, los jardines y la edificación se veían muy bien
mantenidos y la vista desde cada salón era de fotografía, incluyendo aves silvestres de colores y las 2 caídas de agua de donde sale
el nombre de la zona y la hostería, mostradas en esta foto.

Adicionalmente, hay una chocolatería donde se puede degustar una gran variedad de derivados del cacao y una tienda donde venden
quesos, embutidos, mermeladas, salsas y afines, producidos en la zona de modo artesanal.

Tiestos fue el otro restaurant sobre.saliente de este viaje. Usualmente, el Chef y Dueño del local se hace presente en el comedor
apoyando a los Comensales en la escogencia de sus platos, aunque cualquiera podría ser una muy buena elección. E
n el momento
él no estaba, así que optamos por los menús de degustación indicados en la carta y todo estuvo realmente muy bien!
Hubo otras opciones gastronómicas que disfrutamos y merecen mención, tales como MariAsunción, un Restaurant donde también
comimos bastante bien y en el cual la bienvenida no es la tradicional frase ‘se reserva el derecho de admisión’, sino una que suena
un tanto más halagadora y pro.activa, como se muestra en la foto anexa.

También hay que mencionar la Heladería Monte Bianco, cuyo dulce 3.Leches y sus Cheesecakes son toda una tradición en la ciudad,
junto con sus deliciosos gelati, naturalmente.
Luego de este par de días y medio, regresamos a Quito ciertamente complacidos por haber conocido Cuenca de la forma como lo hicimos,
aun cuando nos quedaron muchos lugares por visitar… como para otra oportunidad!

Feliz Viaje!