Ir al contenido principal

Tecnología-Cel Nuestro de Cada Minuto


El cel se ha convertido en un acompañante indispensable para casi cualquier persona que conozcamos. Esta afirmación pudo lucir
desmedida hace unos años y ahora, sin temor a exagerar, es una realidad. Gente de casi cualquier estrato socio.económico, profesión
o actividad laboral lleva su cel consigo a donde vaya y lo usa donde esté. Más bien es raro saber de alguien que no actúe así. En principio,
esto debería calificarse sin reparos como un avance tecnológico. Y, de hecho, lo es. El caso es que su desmesurada utilización ha traído
como consecuencia una serie de efectos de consideración.
Quienes usan el cel con excesiva frecuencia tienen una alta probabilidad de desarrollar patologías relacionadas con contractura de cuello,
espalda encorvada y afecciones en los tendones de las manos, la salud visual, el cerebro y la mente, aparte de efectos en el sueño.
Adicionalmente, se desarrolla una adicción cada vez mayor y hay variación en la conducta, alteración del esquema de recompensas
y sensación de vacío, así como descuido de relaciones personales, ansiedad, angustia, alienación e incluso obesidad, por falta
de actividad física, aparte del temor al atraco, por el valor del cel.
Por otro lado, aunque se trate de algo de sentido común, hay actividades y lugares reñidos con el uso del cel, por seguridad, por respeto
al prójimo o por disfrutar mejor de cada momento y aprovecharlo más. Por ejemplo, al caminar, al manejar equipos que requieran
atención constante –los carros, en primer lugar-, al cocinar, al comer, en reuniones, conversaciones, espectáculos y conferencias,
el cel resulta un factor de distracción que hace más probable la ocurrencia de incidentes y accidentes de variada gravedad, por hacer
que la atención se desvíe indebidamente en momentos claves.


Ante este riesgoso panorama, es obligado que se logre administrar mejor la dedicación a la Tecnología, con el foco en su uso adecuado,
la seguridad y la vida familiar, afectiva y social.
Por último, si bien la Tecnología permite un manejo más ágil y con frecuencia más efectivo de muchas situaciones, hay que reconocer
que hay casos donde, la comunicación, por mensajes escritos y de voz, no es la mejor, debido a fallas por defectuosa argumentación,
desordenada exposición de motivos, poca capacidad de síntesis, suposiciones tácitas, mala interpretación de expresiones incompletas
de quien envía y quien recibe, así como información que queda atrás, fuera de consideración, por la avalancha de mensajes de cada día,
más la deficiente utilización del idioma, cubierta en parte con emojis, que aunque complementen las ideas y resulten jocosos, a veces
se quedan cortos o confunden!