Un artículo reciente de British
Broadcasting Corporation (BBC),
de UK, abordó el tema de la forma de ser de los niños Japoneses,
en comparación
con los de otros países. Fue un escrito de cierta extensión que me hizo
recordar algunas simpáticas Vivencias
de la temporada que pasé en ese país Asiático,
caracterizadas por la cultura y los hábitos de la gente local con la que compartimos.
Éste es un resumen de los puntos claves allí reflejados.
Definitivamente, el comportamiento de los niños de Japón es diferente
del que puede esperarse de los menores en los países
de Occidente. En líneas generales,
más allá de sus rasgos, estos niños se caracterizan por ser afables y tener modales
suaves.
Rara vez hacen rabietas y no pierden el control por cualquier
contrariedad. En ellos predomina el respeto y la templanza.
Y no es casual,
sino consecuencia natural de las siguientes Ideas, que constituyen la esencia del
asunto.
- Entre adultos y niños hay afecto y empatía. Los mayores tienen sabiduría y merecen consideración.
- Los menores son personas en formación y demandan tolerancia, cariño y orientación.
- Los adultos no son jueces ni inquisidores de los niños y los vínculos entre ambos son armónicos.
- En la crianza no hay gritos ni recriminaciones y se enseña a respetar la sensibilidad del prójimo.
- Las malas actuaciones se reprueban con miradas y gestos que indican que no fueron aceptables.
- Es usual explicar y resaltar que se hizo daño a alguien, a algo, o a sí mismo, para que quede claro.
- Los niños aprenden desde muy temprano a sensibilizarse ante todo, haciéndose más respetuosos.
- Los padres generan vínculos estrechos con sus hijos y así ellos acaban sintiéndose importantes.
- Hay gran interacción entre los miembros de la familia y se logra valorar la palabra y la compañía.
- Se desarrolla el sentido de identidad y pertenencia y se procura un entorno sin sobresaltos.
- Los niños perciben que existe cierto orden, con cada quien en su lugar y sin estallidos de ánimo.
SaludEs!