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Vino - Léxico de Enófilos

Cuando uno oye a un entendido en el tema del Vino hablando de la valoración de un sorbo de Vino que acaba de degustar,
es típico oírle adjetivos y frases que, a la primera, no se comprenden bien. Y no es que contengan palabras en otros idiomas
–que las hay y se usan-; usualmente son vocablos Españoles que se deberían entender. La clave está en el sentido que se les da!
Por ejemplo, hay expresiones como
‘ataque dulzón’, ‘buena acidez’, ‘fresco y perfumado’, ‘taninos redondos’, ‘notas ahumadas’,
‘dejos de tabaco y cacao’, ‘estructura y vivacidad’, ‘bien equilibrado’
, ‘redondez aterciopelada’, ‘gran elegancia y complejidad’,
‘final largo’, ‘mucha expresividad’, ‘gran potencial de guarda’ y así por el estilo.
Oyendo estas cosas, la situación puede resultar incómoda, por la utilización de términos con significados conocidos en otros contextos;
ahora se sienten como prestados para intentar describir simples características sensoriales de un producto derivado del jugo de uvas!
A quienes así se expresan, a veces se les cataloga de pedantes, por ‘abusar de esos sustantivos y adjetivos, creando una barrera
difícil de franquear para principiantes’!
La verdad es que, para disfrutar bien del Vino, sólo hay que saber lo justo y necesario, distinguiendo lo que agrada y lo que no tanto.
Porque el Vino es más que un conjunto de sensaciones en nariz y boca. Es una deliciosa bebida, a veces clave en momentos gratos,
sean celebraciones, confesiones, o propuestas de valor, sin necesidad de llegar a semejantes sofisticaciones terminológicas.
Buena parte de los talleres, cursos, charlas y webinars, así como de la literatura sobre tópicos del Vino se dedica a este asunto,
directa o indirectamente, incluyendo publicaciones tan serias como la de la imagen anexa. De nuevo, en estas lides, como en tantas,
la mesura es muy buena consejera.
SaludEs!