De las tantas excelentes historietas de Quino sobre Mafalda, la del columpio
es una de las que más hace reflexionar a quien la mira y la analiza. No se trata
sólo de la contrariedad que se le genera a un niño al bajarse de un columpio,
cuando su deseo es continuar allí hasta que aparezca una mejor opción. Más
allá de ese simple detalle, a los adultos nos pasan cosas parecidas que resultan
dignas de reflexión.
La realidad invocada en la caricatura anexa es, ni más ni menos, la propia y mera cotidianidad, con todas sus letras; para qué dar detalles! Cada quien lleva el hilo
de sus retos!
Y el columpio simboliza todo aquello que, de un
modo u otro, en mayor o menor
medida, ayuda a que esa cotidianidad se sienta relativamente más llevadera:
El disfrute de un espectáculo musical, una obra de teatro, o un evento
deportivo,
al igual que Viajar a un lugar anhelado, visitar un sitio de interés, compartir
estas
actividades con alguien especial, o tal vez una amena conversación, así
como
la Lectura de un buen libro y la degustación de un buen Vino, o un plato
especial.
Cosas así pueden ilustrar la Idea que transmite esta caricatura, sobre todo si
somos actores, en lugar de simples espectadores. Son Vivencias de higiene física
y mental que nos transportan a un plano en el que nos sentimos a un lado de esa
realidad, a veces no tan grata, y donde, en cierta forma, soñamos despiertos.
‘Bajarse de ese columpio’ es como un alerta que llama a dejar de soñar; la escena
es medio frustrante y el mensaje que debe quedar de este enfoque es otro. Se trata
de disfrutar a plenitud de tales ‘columpios’, de manera que ‘al bajarnos’ nos sintamos
repotenciados para seguir adelante con las tareas pendientes, nutridos con la ilusión
de soñar de nuevo, cuando volvamos a tener actividades como ésas!
SaludEs!