Mas allá de los momentos de
diversión y relajación, característicos de los Viajes,
al Viajar se recargan la
mente y el cuerpo, combatiendo el efecto de la rutina
agotadora y propiciando
beneficios notables en el nivel de angustia y el bienestar
físico en general.
La exposición a entornos
naturales y distintas culturas proporciona la oportunidad
de desconectarse de
las preocupaciones cotidianas, a favor de una mejor relación
entre los neuro.transmisores
asociados con la satisfacción y la angustia.
Las actividades físicas al aire
libre, tipicamente incluidas en los Viajes, aumentan
la movilidad y generan beneficios
físicos y mentales, principalmente en la salud
cardio.vascular, ósea e
inmunológica, con la debida precaución de no abusar de
la excesiva exposición al sol.
La salud mental también se beneficia, por las cosas
fuera de lo común, la
interacción con costumbres diferentes y los retos propios de
los Viajes en sí, con
efectos positivos a largo plazo.
Además, es típico que se
fortalezcan las relaciones, tanto con los compañeros
de Viaje como con las
amistades que usualmente se hacen en esas ocasiones,
con recuerdos duraderos de
momentos compartidos, repercutiendo en salud
emocional y sentido de
pertenencia.
Faltaría añadir que los Viajes
podrían compararse con la vida, pues, en general,
tienen momentos muy gratos y otros tal vez no
tanto, satisfacciones y nostalgia,
alegrías y sinsabores. En fin…
Quizá la frase de la foto anexa
resume bastante lo dicho y más, enfatizando en
vivir, por encima de existir.