El
Escritor Cubano José Martí dijo una vez que, para sentirse realizado, cada
quien tenía que hacer en su vida, al menos,
estas 3 cosas: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. En su
momento, la frase mereció unos cuantos halagos,
que resaltaban la intención con la que Autor quería estimular al Lector a
dejar, al menos, esas huellas durante su vida.
son fáciles de hacer, en sí mismas, mas no así las consecuencias que ellas implican, como son cuidar de ese árbol, criar
ese hijo, en el sentido apropiado de la palabra, y lograr que ese libro sea leído, valorado y tomado en cuenta.
El enfoque global del asunto es ciertamente complejo, pues hay que acotar que tanto plantar uno o más árboles como tener
uno o más hijos responden a impulsos y acciones calificables como naturales –habrá quien diga instintivas-, que no requieren
mayor formación, ni preparación, mientras que, para llegar a escribir un libro, literalmente hay que hacer un curso; aun así,
el resultado podría no ser un libro, como debe ser, sino una mera intención.
En otras palabras, se trata de preparar buenos escritos, de manera que, al menos, sean leídos. Y para que así sea,
los títulos deben despertar el interés del Lector potencial y los contenidos deben ser claros, entretenidos, persuasivos,
agradables de leer y con Ideas constructivas, Vivencias ilustrativas y orientación hacia el mejoramiento.
SaludEs!