A lo largo de la vida, uno pasa por situaciones que le hacen salirse de su zona
de confort. En el caso de la alimentación, recuerdo temporadas durante las cuales,
por la ausencia de personas tan claves como mi madre y mi esposa, fue necesario
evolucionar y salir adelante para comer aceptablemente, dado que ellas2 fueron
claves en este tema, cada una en su momento y su circunstancia.
Aunque, en general, la Gastronomía de ambas era más bien sencilla, es muy justo
reconocer que, cuando se lo proponían, las2 hacían recetas exquisitas; no era raro
que, al probarlas, muchos pidieran un poquito más, les dieran sus reconocimientos
y les mostraran su interés en detalles de ingredientes y procedimiento, según fuera
el Comensal. De hecho, fue de ambas que aprendí mis primeras nociones prácticas
de ArtesCulinarias en forma.
Hubo veces en las que, por variadas razones, ellas no estaban en casa y yo ideaba
recetas a partir de lo que había disponible, complementando con algún componente
adicional que compraba en el momento, incorporando algún toque que me parecía
clave para lograr el plato que me estaba inventando.
Por prueba y error, llegué a avanzar en el aprendizaje, medio.superando la dificultad
de llevar a la práctica los criterios teóricos que podía tener. Por ejemplo, intentaba
que todo fuera nutricionalmente balanceado, con presencia de selectas proteínas,
variados vegetales y cosas por el estilo, procurando siempre un rico sabor, mezcla
de texturas y buen aspecto, dentro de lo que la economía permitiera.
Naturalmente, mis hijos experimentaban y juzgaban el resultado; y sobra decir que
era frecuente oírles su descontento y su réplica, con cosas como “por qué inventas
tanto?”, o “cuándo viene mi mamá?”. No obstante, algunas veces ocurrió que algo
quedó bastante aceptable y me dijeron que tenía que repetirlo. En esos contados
casos, mi respuesta fue “esta receta es medio.irrepetible, pues va a ser un tanto
difícil tener juntos esos mismos ingredientes en esa misma condición y proporción!”.
Actualmente, aunque cuento con una señora que me apoya con las preparaciones
esenciales de mi ingesta, me doy vida desarrollando algunas iniciativas con las que,
por lo general, quedo complacido.
SaludEs!