Como muchos recordarán, hace algunos años me enfermé por comer
flores.
En el RestaurantLeGourmet del HotelTamanaco de
Caracas, había un festival
gastronómico con un famoso Cocinero Italiano que se lucía con sus
platos,
incorporando pétalos y flores enteras, no en la preparación, sino como adornos.
Yo vivía en Valencia, aproveché un viaje a Caracas para asistir a ese festival
y almorcé allí, combinando sabores y texturas de cuanto había en plato, como
si fuera lechuga o algo comparable.
Quizá la presencia de algún conservante de floristería, restos de
polen, o algún
otro factor alergénico, hicieron que yo desarrollara una esofagitis que
me impedía
la deglución en general, llegando a tener dificultad hasta para
tragar saliva!
Afortunadamente, el tratamiento que recibí fue muy efectivo, pues, además
de curarme lo que tenía, me permitió que en adelante tolerara otros
alimentos
y bebidas que no me caían bien.
Luego vino el auge de los programas de TV sobre temas culinarios y allí era
frecuente mirar Chefs que daban un toque a sus
platos con algunas florecitas,
acotando, a veces, que eso era sólo para decorar. Para evitar
riesgos, cuando
en algún lugar me tocó algún plato así, dejaba las flores a un
lado, naturalmente!
Recientemente, curioseando los anaqueles de un muy surtido mega.mercado
de Quito, me topé con el producto de la foto: flores Ecuatorianas
comestibles
de variadas clases, conservadas en refrigeración, promocionadas como
alimento
vivo y sin advertencia de ser potencialmente alergénico! La foto no se hizo esperar,
para compartirla ilustrando este post.
SaludEs!