La orientación de la ‘vida moderna’ y el ritmo de la cotidianidad hacen
que se afiancen cada vez más unos ‘valores’ que, si recapacitamos,
nos damos cuenta de que no son los que deberían tener tanta relevancia.
La expresión ‘vida moderna’, escrita así, entre comillas, se refiere a que muchos ven la necesidad o conveniencia de estar ‘a la moda’,
siguiendo las tendencias de la actualidad, y se pliegan a ellas sin fijarse bien en sus consecuencias. Y los ‘valores’, así expresados,
son más unas preferencias, a veces equivocadas, que puede parecer que suman, cuando en realidad tal vez pueden afectar negativamente
el mejoramiento deseado.
Se trata, entonces, de reenfocar las decisiones, identificando las opciones que más aportan, para concentrar esfuerzos en ellas,
sin descartar necesariamente las otras, dado que podrían tener aportes relevantes en otro sentido.
Éstos son algunos ejemplos de situaciones para reflexionar al respecto:
- Nos sentimos mejor al tener más conocimientos, sin darle mayor importancia a la utilización que podamos darles. Por ejemplo,
el contenido de un resumen curricular no siempre se equipara con el sentido común, el raciocinio y el enfoque correcto.
- Con frecuencia tenemos una muy numerosa lista de cosas pendientes por cubrir y eso nos resta visualización de prioridades
y efectividad en el desempeño.
- Pasamos todo el tiempo que podemos frente a las pantallas, a veces sin medida y en perjuicio propio, dejando, además,
de compartir en persona con parientes y amigos.
Ante estas realidades, se hace necesario repensar las posiciones que tipicamente asumimos, de manera que podamos lograr
resultados más valiosos.
Enfoques como éstos pueden ser de gran utilidad en ese sentido:
nos damos cuenta de que no son los que deberían tener tanta relevancia.
La expresión ‘vida moderna’, escrita así, entre comillas, se refiere a que muchos ven la necesidad o conveniencia de estar ‘a la moda’,
siguiendo las tendencias de la actualidad, y se pliegan a ellas sin fijarse bien en sus consecuencias. Y los ‘valores’, así expresados,
son más unas preferencias, a veces equivocadas, que puede parecer que suman, cuando en realidad tal vez pueden afectar negativamente
el mejoramiento deseado.
Se trata, entonces, de reenfocar las decisiones, identificando las opciones que más aportan, para concentrar esfuerzos en ellas,
sin descartar necesariamente las otras, dado que podrían tener aportes relevantes en otro sentido.
Éstos son algunos ejemplos de situaciones para reflexionar al respecto:
- Nos sentimos mejor al tener más conocimientos, sin darle mayor importancia a la utilización que podamos darles. Por ejemplo,
el contenido de un resumen curricular no siempre se equipara con el sentido común, el raciocinio y el enfoque correcto.
- Con frecuencia tenemos una muy numerosa lista de cosas pendientes por cubrir y eso nos resta visualización de prioridades
y efectividad en el desempeño.
- Pasamos todo el tiempo que podemos frente a las pantallas, a veces sin medida y en perjuicio propio, dejando, además,
de compartir en persona con parientes y amigos.
Ante estas realidades, se hace necesario repensar las posiciones que tipicamente asumimos, de manera que podamos lograr
resultados más valiosos.
Enfoques como éstos pueden ser de gran utilidad en ese sentido:
- Esmérate en el uso de tu tiempo, tratando de tener cierta dedicación tanto para tus allegados como para ti mismo.
- Si logras algo, dale su justo valor; si no lo logras, también. Esfuérzate por alcanzar cada meta en su justa medida.
- Disfruta tus Vivencias y compártelas junto con tus Ideas. Verás cómo se multiplica el disfrute cada vez que lo hagas.
Que todo mejore!